La fuerza de la vida
Quiero comenzar hoy hablando del gran problema de nuestra sociedad actual, la falta de ganas de vivir la vida. Los políticos que nos manejan se empeñan en que hemos de ser engranajes de una gran máquina que mueva la economía mundial. ¿Por qué sino un movimineto tal como la globalización? (Pregunta retórica)
Hay que estudiar desde pequeños, no con el objetivo de aprender por lo bello que es la vida y su comprensión, sinó tenéis que aprender para direccionaros en un trabajo. Ya con catorce años llega la primera especialización, humanidades, ciencias sociales, ciencias de la salud..., (Enumeración) ¿qué escoges? (Pregunta retórica), pensad que en función de la elección optaréis a unas carreras u otras. Si cojo esto no podré ser arquitecto, pero es que, ¿y si al final no me convence psicología? Cada día que pasa resa posiblidades.
Ese no es el sentido de nuestra existencia. Es lógico que tengamos que trabajar, pero ese no es el fin último de la persona, deberíamos trabajar más en una felicidad completa (Concessio). Es más necesario ampliar los conocimientos al máximo, el conocimiento es poder y eso es lo que los dirigentes políticos nos niegan a todos creando planes de estudio que sólo preparan piezas de una cadena de montaje (Paradoja).
Es la fuerza de la vida la que ha de impulsar el mundo y no el IBEX 35, el NASDAQ o religiones que nos quieran imponer su concepción del mundo, tan desfasada en la era en la que, de nuevo el humanismo debería ser nuestra actitud ante la vida.
Hay que estudiar desde pequeños, no con el objetivo de aprender por lo bello que es la vida y su comprensión, sinó tenéis que aprender para direccionaros en un trabajo. Ya con catorce años llega la primera especialización, humanidades, ciencias sociales, ciencias de la salud..., (Enumeración) ¿qué escoges? (Pregunta retórica), pensad que en función de la elección optaréis a unas carreras u otras. Si cojo esto no podré ser arquitecto, pero es que, ¿y si al final no me convence psicología? Cada día que pasa resa posiblidades.
Ese no es el sentido de nuestra existencia. Es lógico que tengamos que trabajar, pero ese no es el fin último de la persona, deberíamos trabajar más en una felicidad completa (Concessio). Es más necesario ampliar los conocimientos al máximo, el conocimiento es poder y eso es lo que los dirigentes políticos nos niegan a todos creando planes de estudio que sólo preparan piezas de una cadena de montaje (Paradoja).
Es la fuerza de la vida la que ha de impulsar el mundo y no el IBEX 35, el NASDAQ o religiones que nos quieran imponer su concepción del mundo, tan desfasada en la era en la que, de nuevo el humanismo debería ser nuestra actitud ante la vida.